Las grasas son el combustible «más lento» pero el más eficiente cuando estamos hablando de situaciones de reposo o baja intensidad. Podríamos compararlo a los combustibles del coche.
Si tu objetivo es poner tu coche de 0 a 100 km/h en el menor tiempo posible, lo que quieres es gasolina (glucosa).
Esto seria lo equivalente a los ejercicios intensos como el sprint o el levantamiento de pesas explosivo.
En cambio, si lo que quieres hacer , es un viaje de 800 km a un ritmo constante, no vas a dudarlo y vas a elegir el diésel(grasa).
Y esto equivaldría a las actividades de baja intensidad diaras (trabajar, subir escaleras, andar, limpiar la casa…)
¿Cuál es el problema? Que en la mayoria de personas, el combustible para el segundo contexto es también la glucosa. ¿Debido a qué? A la falta de flexibilidad metabólica.
LA INFLEXIBILIDAD METABÓLICA ES DEBIDA A LA CONSTANTE DISPONIBILIDAD DE GLUCOSA PROVENIENTE DE LA ALIMENTACIÓN Y A QUE ES EL COMBUSTIBLE PREFERIDO POR EL CUERPO.
Si siempre estamos aportando glucosa, el cuerpo va a priorizar la quema de glucosa.
Para que te hagas la imagen en la cabeza, esta situación responde al típico patrón de persona que realiza 5 comidas al día y en todas ingiere algo de carbohidratos(fruta, arroz, patata…)
Cada sustrato, glucosa o grasa, requiere de una serie de enzimas(herramientas de trabajo de nuestro cuerpo) y de una expresión genética determinada.
Si consumimos y utilizamos glucosa se produce una serie de enzimas y se expresan una serie de genes diametralmente distintos que si consumimos y quemamos grasa.
Si la situación anterior se mantiene en el tiempo, el cuerpo, que es inteligente, priorizará la producción de enzimas y la expresión de genes relacionados con la glucosa (para ser incluso más eficiente en su utilización) y cada vez producirá menos enzimas y expresará menos genes relacionados con la ingesta y la utilización de la grasa.
En este momento es cuando hay un grave problema. Te has convertido en una persona inflexible metabólicamente y utilizas la glucosa en todo momento para funcionar. Tu cuerpo, ya no es capaz de extraer energía de la grasa de manera eficiente.
¿Cómo revertir la situación?
RECUPERANDO LA FLEXIBILIDAD METABÓLICA.
Hay varios puntos a tener en cuenta para mejorar la flexibilidad metabólica, pero me centraré en el más importante : El movimiento diario y ejercicio físico.
1- Movimiento diario y ejercicio físico intenso
Sobre todo, ejercicio de fuerza, una resistencia que te cueste mover.
Si no te mueves y no haces ejercicio físico, vas a estar promoviendo la disfunción mitocondrial( es decir, las mitocondrias, que son las encargadas de producir energía en tu cuerpo no van a funcionar correctamente, y por tanto, no vas a poder gestionar la energía que entra en tu cuerpo y mucho menos responder a las demandas de energía de tu día a día y el ejercicio). Tarde o temprano serás inflexible metabólicamente , y el cuerpo nuevamente tenderá a priorizar la utilización de la glucosa.
Esta es la forma en la que el ejercicio físico te ayuda a perder grasa a largo plazo.
El ejercicio te ayuda a quemar grasa porque mejora toda «la maquinaria » de tu cuerpo (mejora el entorno hormonal), que permite que puedas extraer la energía de las grasas. Gestionarás mucho mejor la grasa ( y la glucosa) que provenga de la alimentación ,y serás capaz de quemar adecuadamente tu grasa almacenada.
EL EJERCICIO FÍSICO INTENSO Y EL MOVIMIENTO ES LO MÁS IMPORTANTE PARA RECUPERAR LA FLEXIBILIDAD METABÓLICA, Y SIN ESTO, NO ESPERES GRANDES RESULTADOS, DA IGUAL LO INCREIBLE QUE SEA TU ALIMENTACIÓN.
CONCLUSIÓN
Si no entendéis porque parece que «el aire os engorda» o porque a pesar de esforzaros muchos no conseguís bajar de peso/grasa, quizás es que sois inflexibles metabolicamente y estias centrando vuestros esfuerzos en factores sin relevancia.
Daos tiempo, entrenad fuerza, volveros flexibles y veréis con que facilidad salen las cosas.
